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Daniel Alonso Viña
3 min readMar 2, 2019

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La nieve se amontona entre los árboles. Las casas respiran aire fresco cubiertas de una nieve blanca y se ponen al sol al despertar para entrar en calor. La vista no deja nada que desear. Quizás si hubiera menos turista en medio mejoraría el paisaje, pero así está bien. El sol se pone rápido entre las montañas, dejando un manto como de pastel rosa que produce el sol a chocar contra las altas nieves. Es más bien anaranjado. Hay equilibro en la naturaleza. Espero que por eso también de alguna forma que no comprendemos también lo hay en nosotros por ser producto de esta. Me quedo dormido en el coche mientras conduzco de vuelto de este paraje mágico, para entrar al morir en un paraíso trágico y bello que no me esperaba en absoluto. Es raro aquí, mi cuerpo camina como llevado por una fuerza externa a mí que no consigo ver, no hago ningún esfuerzo, y sin embargo me muevo. Voy por un pasillo estrecho, de paredes blancas y puertas inexistentes. Sigo caminando sin intención. Todavía no sé qué significa esto. Me gustaría volver a la vida, si todavía es posible. Esto no me da buenas vibraciones. Pero como he dicho, mi cuerpo camina solo.

Me despierto del sueño en el que me mataba con el coche y es de noche. Estaba dormido en el coche de un amigo, y era él el que conducía. Por lo visto las ganas de vivir me han despertado. Creo que esto ya si es la realidad.

I feel like knowing you
Is like walking on the dark side of the moon
Going through unexplored territory
Feeling ground that nobody has ever touch
Discovering parts of you that I didn’t know existed
Amazed at a weird being that doesn’t seem to have come from earth

Se sienta en su sillón con su botella y su copa de vino a ver la tele. Admira con expectación y una muy bien cubierta envidia, a los ricos desfilar entre sus vestidos y trajes de etiqueta, bailar vals junto a otros de su misma especie, servidos por los mejores camareros en la más extravagante y bella sala de todo Viena.

¿Cuantas veces me habré visto sorprendido por una persona que parecía normal y se descubre que tiene un pasado duro que cambia por completo mi perspectiva? Muchas, y aun así nunca consigo dejar atrás todos mis prejuicios cuando conozco a una persona y por la forma en la que visten y como son a primera vista me hago una idea general de su pasado y su futuro y las meto en una caja en mi subconsciente. Luego me cuentan episodios de su vida tremendamente difíciles y la caja en mi subconsciente explota. Solo puedo seguir tratando de no hacer eso, pero siempre me pasa igual.

El éxtasis reprimido de una familia extraña y desfigurada por el tiempo me impide estudiar francés. Las calles son mis amigas en ciertas ocasiones.

El odio, como el amor, tiene fuerza suficiente para cruzar mares y océanos, saltar vallas fronterizas y naciones enteras del tirón. Pero eso no es romántico y nos olviamos.

Las flores están muertas en invierno y no pueden ver la belleza que se esconde en el anochecer largo que sucede en las terrazas de las cafeterías de París. Olvidamos que la belleza es pura y pervive en los lugares más oscuros y remotos de la tierra. El sol se pone impasible a los que corren a su puesta, el mundo se mueve sin remordimientos dejando olvidados a los que viven en él. No quieren ser los vendedores callejeros más que apoyos a la belleza exacerbante de los sitios más bonitos de la tierra. El movimiento incesante de las vidas impacientes que se coordinan por algún milagro del señor para no chocar y comulgar en una vida comunal de ciudad que nunca para. Coches, motos, bicis y viandantes que respetan sin darse cuenta una serie de convenciones cívicas que permiten a todos llegar a los sitios a los que quieren llegar. Nadie se da cuenta del gran espectáculo de la vida en el que participan.

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Daniel Alonso Viña
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Written by Daniel Alonso Viña

Escritor de poca monta sobre temas que me vienen demasiado grandes.

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