lluvia 11

Felicidad

hasta arriba de metanfetaminas me siento en un banco y respiro hasta que me entra el frío del invierno en los pulmones y me quedo congelado por un instante precioso y preciado. Doy otra calada al cigarro, harto de tener esta especie de presión en el pecho que me deja sin aliento y me despoja de mi asiento en la mesa de los genios. La noche tiene un tono grisáceo esperando que tenga una especie de superposición. No sé qué escribo en estas líneas sin sentido. Nadie quiere ser el último en caer y desaparecer en la espuma de las malas decisiones y los corredores de la muerte sin censores.

Me levanto del banco con un pequeño balanceo que me hace agarrarse al respaldo. Me estabilizo y ando calle abajo hacia mi casa. Haciendo eses en la carretera helada y los frenos de mi bici congelados. Entonces doy un frenazo brusco y me inclino para un lado. Algo acaba de salir de entre los árboles y se ha puesto justo enfrente de mi camino. Con la luz de la bici todavía funcionando puedo ver que no es animal que yo haya visto antes. Es como un chimpancé pequeño y verde con un cerebro enorme. Y tiene unas antenas saliendo de su enorme cabeza que se mueven en todas direcciones como analizando el ambiente y todo lo que pasa. Sigo tirado en el suelo mirando esta cosa cuando las antenas apuntan directamente hacia mí. Entonces esa especie chimpancé marciano se da la vuelta y me mira profundamente a los ojos. Ya no recuerdo nada más de lo que pasó.

Historias de amor perfectas en los comentarios de YouTube me hacen querer cavar y llenar una tumba en algún lugar y pasar allí el resto del tiempo inútil que llena mi vida cada día. Escribo de pie sobre mi cama, el ordenador en una estantería, y la depresión en mi cabeza. Escribo mierda inútil y fútil que no me atrevo a enseñar a nadie pero que me gustaría enseñar a todo el mundo. Cuando tus miedos te paralizan y te impiden crecer y correr por caminos que no son los convencionales. Pero todo es extraño en estos tiempos, todo cambia demasiado rápido y las oportunidades son demasiado grandes como para no tratar de vivir de lo que quieras hacer. En realidad estoy bien, sólo estoy completamente perdido en un mar de decisiones infinito.